lunes, 8 de marzo de 2010

Ese imperial zarandeo


El imperio fue zamarreado, zarandeado, vilipendeado, atacado, revolcado y luego en el suelo, pisoteado.
Asi como los viejos estandartes de esta comarca recordamos el terremoto de marzo del '85, este lo recordaremos también, aún con más horror.
El imperior azotado.
Y nos terremotearon el piso, las casas, los techos, las bugambilias de las panderetas venidas abajo y las almas y los saqueos y el pánico de turbas que asaltaban en forma real e imaginaria (de cada ataque real había unos 5 ataques ficticios creados en las sombras del rumor, de ese pánico colectivo)
Y nos hablaron de efectos sociales, de lo mentiroso que era nuestro desarrollo de lo irreal de nuestro bienestar.
A VER ciudadanos, no nos derrotemos, se nos fué abajo parte del techo pero no es razón para pensar que todo es malo, que todo es cinta adhesiva con engrudo.. porque eso es falso!.
Decenas de edificios, miles de casa están paraditas, firmes y listas. La mayoría de las autopistas y puentes están allí y las lecciones las tenemos anotaditas, saldremos mejores, saldremos saneados y derribar torres y estructuras es sano para construir más alto, más firme, mejor! y decididos como estamos, cobraremos la venganza del odio interno, del individualismo, de aquellos que saqueron envalentonados y que ahora devuelven, asustados.. y esos pocos que jugaron con nuestras vidas en estructuras de cartón, verán también nuestra voluntad de justicia y caerán para que no vuelvan a hacernos caer.
Y seremos mejores.
Y agradezcamos con el corazón y el alma a quienes nos tendieron la mano (argentinos, rusos, españoles, peruanos, ecuatorianos, colombianos, brasileños, japoneses, bolivianos, italianos, australianos, mexicanos y tantísimos otros!) y despreciemos con hechos a aquellos que se mofaron de nosotros, que nos denostaron, que se alegraron- en su infinita envidia- de nuestra tragedia y a esa minoría de personas, ignorémosla, no perdamos energías en responder, en agredir o en sentirnos mal, agachémonos para recoger otro ladrillo del suelo y levantémonos para ponerlo más alto.
Ciudadanos del imperio, somos uno y lo hemos demostrado.
Pongamos nuestra bandera en todas partes y nuestros corazones donde nos necesitan.
Seamos mejores, que sabemos que podemos y así mismo, lo haremos!

He dicho.